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Desde siempre me he considerado una defensora a tiempo completo del verdadero amor, muy a pesar de uno que otro trago amargo que me haya tocado vivir, nunca he dejado de creer en el amor y en aquello de encontrar a esa persona a quien amar y que te ame con todo y los defectos que puedan tener.
En mi recorrido diario en el metro, me he topado mas de una vez con una pareja de ancianos y eso ha sido la fuente de inspiración para escribir estas líneas, pues ahí frente a la multitud agitada que normalmente pasea por dicho medio de transporte ellos van como atrapados en una nube a su lento caminar pero reflejando la felicidad de la cual son protagonistas.
He llegado a la conclusión de que el deseo de casarse, formar una familia y llegar a viejitos juntos depende mucho de la manera en que te haya tocado vivir, del entorno familiar. Es como cuando dicen "por qué el muchacho salio mala cabeza si sus padres son una eminencia", todo depende de la forma en que veas las situaciones que te toquen vivir y de que manera deseas adaptar eso a tu vida, bien sea siguiendo ese ejemplo o haciendo completamente lo contrario a eso porque esa situación no resultó lo suficientemente comoda para ti.
Me considero privilegiada porque gracias a Dios, desde que nací y hasta el sol de hoy, mis padres estan juntos ya viejitos los dos y ahí estan, queriendose como el primer día. Por lo que creo que haber vivido así, es lo que hizo crecer el deseo de compartir toda una vida con alguien hasta hacernos viejos. Pero por otra parte también están las personas a las que puede no gustarle y hacer de eso el deseo de querer estar solos siempre, aquellos que pueden desear brindarle a sus hijos el hogar que no tuvieron o bien, quienes no creen en el matrimonio porque no es para siempre. Como bien dicen por ahí "cada cabeza es un mundo", por eso respeto el pensamiento de cada quien. Mas mi pensamiento se mantiene 100% firme, considero que así como yo en algún lugar del mudo debe existir alguien que comparta mi deseo o que quizás lo esté meditando..
En mi recorrido diario en el metro, me he topado mas de una vez con una pareja de ancianos y eso ha sido la fuente de inspiración para escribir estas líneas, pues ahí frente a la multitud agitada que normalmente pasea por dicho medio de transporte ellos van como atrapados en una nube a su lento caminar pero reflejando la felicidad de la cual son protagonistas.
He llegado a la conclusión de que el deseo de casarse, formar una familia y llegar a viejitos juntos depende mucho de la manera en que te haya tocado vivir, del entorno familiar. Es como cuando dicen "por qué el muchacho salio mala cabeza si sus padres son una eminencia", todo depende de la forma en que veas las situaciones que te toquen vivir y de que manera deseas adaptar eso a tu vida, bien sea siguiendo ese ejemplo o haciendo completamente lo contrario a eso porque esa situación no resultó lo suficientemente comoda para ti.
Me considero privilegiada porque gracias a Dios, desde que nací y hasta el sol de hoy, mis padres estan juntos ya viejitos los dos y ahí estan, queriendose como el primer día. Por lo que creo que haber vivido así, es lo que hizo crecer el deseo de compartir toda una vida con alguien hasta hacernos viejos. Pero por otra parte también están las personas a las que puede no gustarle y hacer de eso el deseo de querer estar solos siempre, aquellos que pueden desear brindarle a sus hijos el hogar que no tuvieron o bien, quienes no creen en el matrimonio porque no es para siempre. Como bien dicen por ahí "cada cabeza es un mundo", por eso respeto el pensamiento de cada quien. Mas mi pensamiento se mantiene 100% firme, considero que así como yo en algún lugar del mudo debe existir alguien que comparta mi deseo o que quizás lo esté meditando..
